viernes, 25 de enero de 2008

LA CRISIS ENERGÉTICA LA PAGAN LOS TRABAJADORES

Este verano, una vez más como todos los últimos veranos, ha llegado la crisis energética a nuestros hogares. Pero la misma no es igual para todos. Los principales perjudicados son los trabajadores. Los que se benefician: los empresas que explotan el servicio eléctrico.
El Gobierno Peronista de Cristina de Kirchner mantiene la alianza con las empresas explotadoras del servicio eléctrico. El Estado sostiene que la culpa de la crisis es nuestra, de la gente, por derrochar electricidad. Plantea como solución cambiar lamparitas comunes por bajo consumo. Pero, paradójicamente, o no, sigue permitiendo que las empresas eléctricas cobren la Tarifa Residencial Estacional, multando a los hogares que consuman baja electricidad. ¿Debemos ahorrar o no? ¿En qué quedamos?
En la ciudad de Mar del Plata, como en el resto del país, se realizan cortes programados de luz en los barrios periféricos, para garantizar el suministro del Centro de la Ciudad y de los barrios con mayor poder adquisitivo y que, por lo tanto, consumen más y mejor electricidad.
La empresa EDEA S.A., prestadora del servicio eléctrico de la ciudad de Mar del Plata, esta más preocupada por perseguir a sus trabajadores, sancionándolos por realizar actividades gremiales, que por mejorar su lamentable servicio. Como ejemplo podemos mencionar que una familia de bajos recursos que hoy gestiona el Medidor Social, debe esperar entre 6 y 12 meses para su instalación.
En un mes de gestión de Gobierno reaparecieron los cacerolazos en la Ciudad de Buenos Aires. Las empresas eléctricas realizan cortes programados en los barrios más populosos de la ciudad, donde todavía hay algunos trabajadores no tan empobrecidos como los del resto del país. El Gobierno una vez más sostiene que la culpa es de la gente y la utilización del aire acondicionado.
Por lo tanto, los trabajadores, según pretende el Estado y las empresas eléctricas, tenemos que vivir con lamparitas de bajo consumo y sin la menor comodidad. Una vez más los trabajadores pagan los platos rotos. El vaciamiento de los recursos naturales, la falta de inversión de las empresas, la complicidad de los Gobiernos de turno han hecho posible la situación actual.
Preparémonos para el invierno: la crisis va a ser la del gas y nos van a pedir que no usemos las hornallas.
Esta crisis nos demuestra una vez más el verdadero papel del Estado, su verdadera razón de ser: un aparato de dominación, al servicio de una clase la económicamente dominante, en este caso las empresas eléctricas.

Trabajadores de EDEA en la OTM

domingo, 20 de enero de 2008

1 MES DE GOBIERNO: EL CAMBIO QUE NO CAMBIA

A poco más de un mes de asumidas las nuevas autoridades gubernamentales, la realidad argentina da muestras no sólo de una evidente prosecución de las acciones llevadas a cabo por los representantes de Estado burgués en detrimento de los trabajadores, sino también de un incremento de dichas prácticas.
Los prometedores discursos proferidos por la actual presidenta en el período preelectoral, que se amparan bajo la cifra del 9% de crecimiento económico anual, y que lograron un 29% de votos del padrón electoral, en el marco de una alta cifra de ausentismo (concurrió a votar sólo el 71,47 % de los inscriptos), la consagraron en un paradójico triunfo. Es justo señalar que en las elecciones presidenciales no hubo ningún partido político que represente los intereses de la clase trabajadora. Todos se aferraban al sistema ofreciendo similares recetas. El papel de los partidos de “izquierda” (¿tenemos que seguir diciéndoles de izquierda?) es año a año más lamentable: sumando a todas las expresiones así autodenominadas lograron el 2,82 del padrón electoral.
Frente a los principales asuntos de la agenda económico-política (deuda pública, contratos de concesión de servicios, tarifas, inflación, etc.), la nueva gestión ha comenzado a actuar, generando, aún en épocas de temporada estival, protestas de sectores asalariados que preludian un año de numerosas luchas de trabajadores.
Comenzando por las medidas aplicadas en política tributaria, en el transcurso de la últimas semanas han sido portada de los periódicos tanto el aumento del ABL porteño como de las tasas de varios distritos del país y municipios bonaerenses: en aras de “poner al día los valores”, éstas han registrado sumas que llegan al 250 % de aumento y 60% (Datos del Diario Clarín, Edición del día 30 de Diciembre de 2007.Pág. 7) respectivamente.
Paralelamente, es el transporte público de pasajeros (colectivos, en este caso) el que experimenta subas en el costo de los pasajes en la provincia de Buenos Aires: un aumento de las tarifas autorizado por el Gobierno provincial junto a un incremento abalado por el gobierno Nacional generó un significativo encarecimiento del transporte. El servicio convertido en negocio y abuso despertó inmediatamente el descontento popular, el cual, una vez más no consiguió respuesta alguna.
Por otra parte, en materia de política de seguridad, semanas después de la toma de posesión de su cargo, el nuevo gobernador de la Provincia de Buenos Aires afirmó que su plan es optimizar el funcionamiento de la policía, restituirle su “poder de fuego”, otorgarle más armas, más patrulleros, más chalecos antibalas…y, textualmente ”motivar con estímulos al mérito al buen policía”. En este marco de acrecentamiento del papel de las fuerzas represivas no es de extrañar que el día sábado 12 de enero, una protesta de familiares y trabajadores despedidos del Casino flotante de Puerto Madero encontrara frente a sí desplegarse de manera veloz una muy numerosa barrera de efectivos de prefectura que intentó dispersar a los manifestantes, mostrando así, rápidamente, su carácter represor.
Los trabajadores del Puerto de Mar del Plata han sido nuevamente olvidados por el Gobierno. Es evidente que tendremos que rediscutir las tácticas a seguir en el futuro, reorganizar las fuerzas. Son esto momentos, donde la lucha desciende, cuando los obreros tenemos que cerrar filas, fortalecer el núcleo de luchadores, para que la próxima vez nos encuentre la crisis mejor preparados y podamos arrebatarle a los explotadores lo que es nuestro.
Por último, sólo faltaba una chispa para desatar la ira de los habitantes del Gran Buenos Aires: con 42º de sensación térmica 50.000 usuarios fueron víctimas de un prolongado corte de energía eléctrica y aprovisionamiento de agua; a lo que el gobierno respondió “penalizando” a Edesur, sólo una de las tres empresas involucradas en la cuestión (junto a Edenor y la estatal AySA), distrayendo la atención mediante la insignificante solución del reparto de lámparas de bajo consumo y a través de la realización de censos de aparatos de aire acondicionado. La gente explotó saliendo a la calle y protagonizando un cacerolazo. No obstante ello, la conductora del Estado capitalista argentino afirmó que: “los problemas son producto de que millones de argentinos han vuelto a consumir” y que ello a su vez se debe también a que “se vive un poquito mejor”. “(…) Millones de argentinos han comenzado, tal vez, a tener un auto, a tener aparato de aire acondicionado...” (Diario Clarín, Edición del día 12 de Enero de 2008.Pág./42.).
Para concluir, podemos advertir (al observar este corto período de gestión de las nuevas autoridades) que, de aquí en más, se continuará y profundizará una tendencia en virtud de la cual las ganancias de los empresarios crecerán respaldadas por un aparato estatal portador de unas cada vez más aceitadas fuerzas represivas, en tanto el bolsillo y la dignidad de los trabajadores seguirá padeciendo dichos atropellos. Es por ello que resulta imprescindible la unión y organización en lucha de la clase asalariada para frenar el avance de los capitalistas, pero más necesaria es aún la creación de la herramienta política de clase para poner fin a la explotación y transformar la sociedad