miércoles, 27 de enero de 2010

ACERCA DEL CONFLICTO EN EL SUBTE

Los trabajadores de subterráneos, que vienen librando innumerables batallas contra la patronal y la burocracia sindical, apuntan a lograr la constitución de un sindicato propio por fuera de la Unión Tranviarios Automotor (UTA). No sólo le disputan a la UTA los 2 millones de pesos que ésta recibe mensualmente por sus afiliados y el 1% que recibe de la empresa, sino también la apertura de caminos antiburocráticos y una representación genuina de los intereses de los trabajadores. Es importante remarcar que la acción gremial de los trabajadores les permitió, a pesar de la constante hostilidad del sindicato:
-La estabilidad laboral, dado que hace más de 10 años que no hay despidos en el subte.
-Recuperar la jornada de trabajo de 6 horas por realizar un trabajo insalubre, que se había perdido cuando se privatizó el servicio.
-Finalizar con el fraude laboral que implicaba la tercerización de sectores.
-Frenar el abuso patronal y mejorar sensiblemente las condiciones de trabajo.
-Crear 1500 puestos de trabajo.
-Mejorar la capacidad adquisitiva del salario.
La sostenida construcción y el reclamo firme exigiendo al gobierno nacional que se les reconozca el nuevo Sindicato: la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP), provocó la reacción de la burocracia y el ataque bestial sobre la familia de uno de los delegados, Néstor Segovia, en una acción combinada entre policías y la patota de la burocracia.
Paralelamente, desde el gobierno se intentó minimizar lo ocurrido y se planteó como una interna entre trabajadores, y desde la CGT se llamó a un acto para frenar las acciones desestabilizadoras. Lo que les preocupa no es la capacidad de acción política sindical de los sectores antiburocráticos, sino el potencial que éstos podrían tener si se llegara a cristalizar un espacio con estas características.
Como producto de la inclaudicable lucha de los trabajadores de subterráneos, el día 26 de noviembre de 2009, en la sede del Ministerio de Trabajo, se arrancó a la empresa Metrovías un acta-acuerdo según el cual los trabajadores podrán contar con una representación reconocida ante las autoridades de Trabajo. Esto significa que esos dirigentes podrán participar de las paritarias y atender todo tipo de asuntos gremiales. Al mismo tiempo, se garantizará la estabilidad laboral tanto de los ex delegados como de los actuales. En la medida que el Estado y la empresa Metrovías cumplan con esas condiciones los trabajadores no realizarán medidas de fuerza por un año. Sin perjuicio de lo acordado, los trabajadores del subte siguen reclamando la inscripción gremial de su propia organización.
Desde la Organización de Trabajadores Marplatenses celebramos las conquistas alcanzadas por los trabajadores de subterráneos y confirmamos, una vez más, que la clase obrera, con paso lento, avanza hacia una búsqueda de vida mejor. Aún son sólo indicios los que podemos ver en el acontecer diario, pero, sin embargo, la clase obrera avanza sin prisa, pero también sin pausa. Se equivocan aquellos que sostienen que no existen los obreros. Se equivocan los que creen todas las noticias que la burguesía se ufana en propagar por sus medios de comunicación. Se equivocan los que no ponen sus esperanzas en la capacidad de organización de este pueblo que ha sido capaz de producir un Cordobazo hace bastante tiempo y ha podido voltear cinco presidentes en sólo una semana, hace ocho años.
En ellos ponemos los ojos quienes creemos que la crisis capitalista no nos ofrecerá ninguna salida y sólo nos provocará mayores sufrimientos. En ellos, que somos nosotros mismos, tenemos puestos nuestros ojos y brazos confiando en que la salida está en nuestras propias manos y que es cuestión de organizarse y luchar.

ALERTA TARIFAZOS

Las empresas proveedoras de gas y energía eléctrica han concreado su pedido de “revisión integral de los valores” (para nosotros: aumentos inmediatos en las tarifas de dichos servicios), frente al cual la primera ya cuenta con el visto bueno de Nación.
Estas subas se inscriben en el marco de un conjunto de incrementos que se vienen dando y van a producirse en las próximas semanas, aprovechando, sobre todo -como lo hacen año tras año-, el clima festivo y de distracción propio de la época estival.
A la extensa lista de bienes y servicios que han sufrido aumentos (telefonía, combustibles, alimentos -recordamos los abusivos precios que experimentaron los productos alimenticios de primera necesidad los días previos a los festejos navideños y que se mantienen hasta hoy-, entre otros) se añaden los inminentes aumentos en las boletas de gas y luz. A todo esto se suma la constante presión de las empresas transportistas que, virtuales dueñas de la ciudad, no dejan de exigir al Municipio la autorización para elevar el excesivo costo del pasaje de colectivo. Como si fuera poco, nuestros “representantes” a nivel comunal ya acordaron un aumento de los impuestos de entre el 20 y el 30% (ingresos destinados, si no a los super-sueldos de los funcionarios, a embellecer la fachada turística de la ciudad).
Como vemos, funcionarios y empresarios, con el siempre incondicional apoyo de los burócratas sindicales, planean otro duro golpe al bolsillo de los trabajadores. Desde la O.T.M denunciamos éste, entre otros tantos atropellos y llamamos a los asalariados a unirse y protestar en contra de los mismos.

viernes, 15 de enero de 2010

LA SEMANA TRÁGICA: UN HEROICO COMBATE DE LA CLASE OBRERA

El 7 de enero se cumplieron 91 años del comienzo de los sucesos conocidos como la “Semana Trágica”. Aquel martes de 1919 los obreros de los Talleres Metalúrgicos Pedro Vasena, quienes se encontraban en huelga desde el 2 de diciembre, se enfrentaron con un grupo de rompehuelgas y matones armados reclutados por la Asociación del Trabajo(1) y protegidos por la policía.Tras dos horas de combate contra las armas policiales, cuatro trabajadores resultaron muertos y más de treinta, heridos.
Estos primeros asesinatos de la semana produjeron la indignación de los proletarios de toda la ciudad, quienes, espontáneamente, comenzaron a abandonar sus tareas. Durante toda la noche de los días 7 y 8 miles de obreros desfilaron por el velatorio de los compañeros caídos. Las dos centrales obreras de la época, la FORA del V° Congreso (anarquista) y la FORA del X° Congreso (también llamada del IX°, dirigida por Sindicalistas, socialistas y un grupo minoritario de anarquistas desprendidos de la FORA del V°) llamaron a la huelga general a realizarse el 9, día en que se llevaría a cabo el sepelio de las víctimas.
Llegada esa jornada, y en pleno desarrollo del cortejo fúnebre, partieron disparos contra la multitud que acompañaba al mismo provocando nuevas muertes. Ya en la Chacarita, este cementerio fue utilizado como sitio de emboscada; durante el discurso de un dirigente obrero la policía abrió fuego provocando el desbande de la muchedumbre que intentaba refugiarse tras las tumbas, gran cantidad de personas buscaban ganar la salida donde eran esperados, sable en mano, por la caballería. El resultado de esta jornada represiva fue de 39 muertos y cientos de heridos.
Ya con las masas en la calle, en lo que se había transformado en una revuelta popular, temiendo una revolución social, y conciente del prestigio que la gran Revolución de Octubre gozaba entre lo más avanzado de la clase obrera, la clase dominante estrechó filas contra el pueblo trabajador, la pálida burguesía gobernante representada por Yrigoyen destacó al general Luis Dellepiane como comandante de las fuerzas de represión, en tanto los miembros del verdadero poder económico formaban su propio órgano paramilitar-terrorista bajo el nombre de “Defensores del Orden” (luego “Liga Patriótica”(2)); durante varios días estos “patriotas” asaltaron los barrios obreros quemando y destruyendo clubes, locales sindicales, centros culturales y bibliotecas, arrestando y torturando a trabajadores, extranjeros y judíos con la excusa de detener una “sovietización argentina” dirigida desde Rusia.
Creemos no equivocarnos si decimos que en la Semana Trágica “debutan” en nuestro país los grupos parapoliciales, es decir un poder represor-terrorista paralelo al oficial. La Historia nos da, quizás, la clave del por qué: la última gran represión había ocurrido algunos años atrás, en 1909, en ese año bajo la presidencia de Figueroa Alcorta, los actos del 1° de Mayo fueron criminalmente reprimidos de forma oficial por la policía comandada por el coronel Ramón Falcón y el saldo fue de doce trabajadores muertos y cerca de cien heridos.
Este militar asesino -quien luego fuera ajusticiado por el anarquista Simón Radowitzky- fue premiado y homenajeado públicamente por los miembros de la oligarquía terrateniente ganadera. Esta facción burguesa dominante, que había realizado un país según sus intereses, no necesitaba reprimir y matar embozadamente, sencillamente porque, por entonces, además del poder económico detentaba el poder político. Esta situación, un tanto sorpresivamente, varió con la victoria electoral de Yrigoyen en 1916, de allí que, cuando la agudización de la lucha de clases desató los hechos de la Semana Trágica, quienes aún representaban el poder real, desconfiando de la débil y vacilante facción gobernante, decidieron “tomar cartas en el asunto” y “reforzar” la represión con grupos de civiles armados que no trepidaran en escarmentar a los trabajadores. De este modo el poder real con la complicidad del poder formal inauguraron el terror parapolicial.
Durante los días 9 y 10 se realizaron febriles negociaciones: Yrigoyen se reunió con Vasena quien fue acompañado por un representante inglés, los empresarios accedieron a terminar con un conflicto que había puesto a la ciudad en una revuelta inusitada. El día 11 Sebastián Marotta (secretario de la FORA del X°) anuncia los acuerdos que representaban una victoria para los trabajadores: jornada de 8 horas, aumento de salarios, domingos al 100% abolición del trabajo a destajo, reincorporación de los cesantes.
Sin embargo, muchos sindicatos y obreros siguieron con la huelga, que se había extendido al interior del país, algunos días más (Mar del Plata misma fue paralizada el 11) la FORA del 5° Congreso, lanzada a provocar la “revolución anárquica”, continuaba los ataques armados contra las comisarías, en los cuales perdía militantes sin rédito alguno, poco a poco sin la adhesión de la masa fueron quedando aislados. En tanto el mismísimo diario La Nación debió pedir cordura a los grupos de derecha que no cejaban en sus incendios, asesinatos y ataques antisemitas.
Por último, en nuestro recuerdo de los bravos trabajadores caídos en aquellas heroicas jornadas de hace casi un siglo atrás (según algunas fuentes 800 muertos, 4.000 heridos y millares de presos) debemos decir que la clase obrera en lucha es siempre “un monstruo grande y pisa fuerte” y que sus combates polarizan a la sociedad desnudando quién es quién (como ocurriera en la reciente lucha de los trabajadores de Kraft Food).
En enero de 1919 el pueblo trabajador estuvo entregando su vida en la calle por el simple odio de ver a sus hijos masacrados. Como un valeroso ejército sin un “estado mayor” que lo guiara, actuó espontáneamente, se defendió de la represión malamente asaltando alguna armería, levantando alguna barricada, volteando algún poste de teléfonos; mientras las demás fuerzas de la sociedad cumplían su rol acorde sus intereses e ideología: el Estado y la Burguesía reprimían, el socialismo reformista debatía en el Congreso, los sindicalistas pactaban y los anarquistas languidecían en su aislada labor terrorista.
La enseñanza, aún no aprendida, señala, claramente, la necesidad de que los trabajadores construyan la herramienta política imprescindible para tomar el poder estatal y terminar con el capitalismo antes de que éste termine con la naturaleza y la especie humana misma.



(1) La “Asociación del Trabajo” se fundó en 1918 como grupo de presión económico-político que además se ocupaba de proveer de rompehuelgas a las empresas en conflicto así como de vigilancia armada reclutada entre el lumpenaje y la policía, la conformaban las siguientes asociaciones: Sociedad Rural, Centro de Exportadores de Cereales, Bolsa de Comercio, compañías de ferrocarriles y otros gremios patronales.

(2) ”Defensores del Orden” (luego “Liga Patriótica”). Se formó el 10 de Enero de 1919 como grupo civil armado para apoyar al ejército y la policía. Recibieron el apoyo de las Fuerzas Armadas, la Iglesia y la Asociación del Trabajo.

lunes, 11 de enero de 2010

LOS GOBIERNOS "PROGRESISTAS" DE AMÉRICA LATINA

¿Qué políticas desarrollan los llamados “gobiernos progresistas” de latinoamérica? Queremos mirar con realismo lo que hacen y por qué lo hacen en materia de política económica y social. Decimos esto porque muchos de nuestros compañeros trabajadores de América Latina y, especialmente de Argentina, ven con simpatía a las gestiones de Hugo Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y, ahora, Mujica en Uruguay. Es más, constantemente oimos que dicen “hay que apoyar a estos gobiernos populares”; nadie discute que son populares, porque, efectivamente, fueron elegidos por el pueblo, pero hay una enorme diferencia entre ser un gobierno popular y ser un gobierno revolucionario...y estos gobiernos de revolucionarios no tienen nada.
Los discursos duros contra el enemigo están muy bien, y lo que dicen es la verdad; pero lo cierto es que los enemigos están muy tranquilos ¿Por qué decimos esto? Porque estos “gobiernos progresistas”, a pesar de los ataques verbales, siguen pagando la deuda externa: tenemos el ejemplo del gobierno argentino, que dicen que no van a pagar a costa del sufrimiento del pueblo y, sin embargo, no hace falta que les vengan a cobrar, ellos solos van a golpear la puerta de los acreedores para depositar en sus manos todo el dinero que le sacaron al pueblo.
Observemos el caso de Correa, el cual dijo públicamente -entre otras cosas- que ya la revolución no era posible y que la lucha de clases ya no existe; nosostros, como trabajadores industriales, nuestros compañeros campesinos y nuestros hermanos aborígenes, que estamos sumidos en la más espantosa miseria y sufrimiento ¿podemos decir lo mismo? Por supuesto que no. Acá hay una clase explotadora que se lleva toda la riqueza, y otra, la gran mayoría, que a esta altura no podemos poner en la mesa a nuestros hijos dos comidas al día.
Mujica dijo, como todos los demás, que es necesario negociar con los capitalistas porque sin ese capital el país no funcionaría ¿Seremos tan ingenuos de creer que los capitalistas se van a conmover y se despojarán de sus enormes riquezas para mejorar la situación de los pobres, que somos la mayoría? ¿O podemos pensar que las fuerzas de represión del Estado burgués milagrosamente se van a transformar en defensores de la clase sometida? Los ejércitos de todos estos países están tranquilos porque no es necesario que actúen, ya con estos gobiernos progresistas es más que suficiente para tener a los pueblos engañados, no nos olvidemos que ellos tienen el arma más poderosa que tiene un sistema: los medios de difusión que nos dicen lo que quieren, como quieren y donde quieren, nos imponen todos los productos (supérfluos) y nos convencen que debemos adquirirlos, de lo contrario, seremos más infelices de lo que ya somos.
Entonces decimos que el término “apoyar” a estos gobirnos podríamos cambirlo por “utilizar” los espacios y ciertas libertades que éstos generan ¿Para qué? Para poder estudiar, tomar conciencia de la gravedad del problema del trabajador en general, para organizarnos (ya sea como partido, como grupos, numerosos o no), para trabajar en cada fábrica, en cada barrio, en la calle, etcétera. Reconocemos que estas actividades no las podríamos hacer bajo un régimen militar; pero el hecho de que en estos tiempos podamos organizarnos y reunirnos con cierta tranquilidad, no significa que apoyamos a las políticas de estos gobiernos porque estamos convencidos que no tienen ninguna intención de realizar un cambio real ya que con esas políticas se benefician algunos grupos partidarios minoritarios, pero la gran mayoría de los trabajadores jamás lograremos el sueño de todo ser humano que por derecho nos corresponde: una vivienda digna, un trabajo digno con el que podamos mantener a nuestras familias, una educación correcta y un sistema de salud.
Sólo si adquirimos conciencia real y nos organizamos, podemos lograr entender cuál es el método único para liberarnos definivamente, que es mediante una Revolución. No nos dejemos engañar con discursos cargados de sentimentalismo, nosotros sabemos que este no es un problema sentimental, es un problema político, por lo tanto: a los problemas políticos..soluciones políticas.