miércoles, 26 de mayo de 2010

COMUNA DE PARIS: PRIMERA REVOLUCION OBRERA TRIUNFANTE


Desde 1851, golpe de estado mediante, Francia era gobernada por Luis Bonaparte, quien se proclamó "emperador". Tras algunos años de bonanza económica, Bonaparte había elevado a más del doble la deuda nacional. Para salir del embrollo no se le ocurrió nada mejor que organizar una guerra contra su vecino alemán, al que intentó arrancarle dos provincias. Supuso que triunfaría fácilmente y que tal despojo uniría a Francia a su alrededor. Pero los arrogantes e incompetentes generales franceses perdieron la guerra y los prusianos capturaron a Bonaparte e invadieron el país. Fue un desastre para Francia. La guerra, además, aumentó espantosamente las cargas de la nación y devastó en forma implacable sus recursos. Y para completar la ruina, el mandatario prusiano, Otto Bismarck, exigió el pago del sustento de medio millón de soldados suyos en suelo francés y una indemnización de cinco mil millones, más el 5 por ciento de interés por los pagos aplazados.
Cuando los invasores prusianos intentaron ocupar París no puedieron hacerlo plenamente porque los obreros se habían organizado, armado y asumido como los defensores de su país. El 4 de septiembre de 1870 proclamaron la República, es decir, la soberanía popular y la muerte del imperio. Al mismo tiempo, un sector de la burguesía francesa encabezada por el ex diputado Adolfo Thiers se asumió como el nuevo gobierno y se instaló en Versalles, a las afueras de París. Se autonombró Gobierno de Defensa Nacional pero, como escribió Carlos Marx, "no vaciló un instante en convertirse en un gobierno de traición nacional." En efecto, el 26 de febrero de 1871 Thiers y Bismarck firmaron un tratado preliminar de paz absolutamente desfavorable para Francia y que incluía, como ya hemos dicho, el pago de 5 mil millones de francos.
"¿Quién iba a pagar esta cuenta?", pregunta Marx, y contesta: Sólo derribando violentamente la República podían los monopolizadores de la riqueza confiar en echar sobre los hombros de los productores de la misma, las costas de una guerra que ellos, los monopolizadores, habían desencadenado. Y así, la incalculable ruina de Francia estimulaba a estos patrióticos representantes de la tierra y del capital a empalmar, ante los mismos ojos del invasor y bajo su alta tutela, la guerra exterior con una guerra civil, con una rebelión de los esclavistas".
Con otras palabras, la burguesía francesa prefirió aliarse con sus agresores prusianos en contra de los obreros de París. Los propietarios franceses sabían que un triunfo de los obreros armados contra los ocupantes alemanes les sería sumamente perjudicial y pondría en peligro mortal sus intereses. Se inicia así una nueva guerra, civil, de la burguesía francesa en contra del proletariado. En esta guerra se unen los capitalistas franceses con los invasores alemanes en contra de los obreros de Francia.
Mientras tanto, los obreros parisinos proclaman, el 18 de marzo de 1871, la Comuna de París. A continuación leeremos cómo fue el primer gobierno obrero de la historia. La descripción de sus características fue hecha por Marx y Engels, de quienes tomamos los siguientes párrafos entrecomillados.
¿Qué era la Comuna?
Durante los meses que duró el asedio a la capital francesa tanto de los agresores prusianos como de la burguesía nativa, se organizó en París un gobierno obrero, al que se le dio el nombre de la Comuna.
¿Qué era la Comuna? Según escribieron los mismos obreros, en un manifiesto del 18 de marzo de 1871:
"Los proletarios de París, en medio de los fracasos y las traiciones de las clases dominantes, se han dado cuenta de que ha llegado la hora de salvar la situación tomando en sus manos la dirección de los asuntos públicos. Han comprendido que es su deber imperioso y su derecho indiscutible hacerse dueños de sus propios destinos, tomando el Poder".
Fue suprimido el ejército permanente y sustituido por el pueblo armado
"Y si París pudo resistir fue únicamente porque, a consecuencia del asedio, se había deshecho del ejército, substituyéndolo por una Guardia Nacional, cuyo principal contingente lo formaban los obreros. Ahora se trata de convertir este hecho en una institución duradera. Por eso, el primer decreto de la Comuna fue para suprimir el ejército permanente y sustituirlo por el pueblo armado".
En cuanto a la policía, "en vez de continuar siendo un instrumento del Gobierno central, fue despojada inmediatamente de sus atributos políticos y convertida en instrumento de la Comuna, responsable ante ella y revocable en todo momento. Lo mismo se hizo con los funcionarios de las demás ramas de la administración".
Consejeros municipales elegidos por sufragio universal
"La Comuna estaba formada por los consejeros municipales elegidos por sufragio universal en los diversos distritos de la ciudad. Eran responsables y revocables en todo momento. La mayoría de sus miembros eran, naturalmente, obreros o representantes reconocidos de la clase obrera. La Comuna no había de ser un organismo parlamentario, sino una corporación de trabajo, ejecutiva y legislativa al mismo tiempo".
Funcionarios que cobraban salarios de obreros
"Desde los miembros de la Comuna para abajo, todos los servidores públicos debían devengar salarios de obreros. Los intereses creados y los gastos de representación de los altos dignatarios del Estado desaparecieron con los altos dignatarios mismos. Los cargos públicos dejaron de ser propiedad privada de los testaferros del Gobierno central. En manos de la Comuna se pusieron no solamente la administración municipal, sino toda la iniciativa ejercida hasta entonces por el Estado".
Separación de la iglesia y el Estado
"Una vez suprimidos el ejército permanente y la policía, que eran los elementos de la fuerza física del antiguo Gobierno, la Comuna tomó medidas inmediatamente para destruir la fuerza espiritual de represión, el "poder de los curas", decretando la separación de la Iglesia y el Estado y la expropiación de todas las iglesias como corporaciones poseedoras. Los curas fueron devueltos al retiro de la vida privada, a vivir de las limosnas de los fieles, como sus antecesores, los apóstoles".
Educación laica y gratuita
"Todas las instituciones de enseñanza fueron abiertas gratuitamente al pueblo y al mismo tiempo emancipadas de toda intromisión de la Iglesia y del Estado. Así, no sólo se ponía la enseñanza al alcance de todos, sino que la propia ciencia se redimía de las trabas a que la tenían sujeta los prejuicios de clase y el poder del Gobierno".
Jueces elegidos y revocables
"Los funcionarios judiciales debían perder aquella fingida independencia que sólo había servido para disfrazar su abyecta sumisión a los sucesivos gobiernos, ante los cuales iban prestando y violando, sucesivamente, el juramento de fidelidad. Igual que los demás funcionarios públicos, los magistrados y los jueces habían de ser funcionarios electivos, responsables y revocables".
Un "gobierno barato"
Ese tópico de todas las revoluciones burguesas, "un gobierno barato", la Comuna lo convirtió en realidad al destruir las dos grandes fuentes de gastos: el ejército permanente y la burocracia del Estado. Su sola existencia presuponía la no existencia de la monarquía que, en Europa al menos, es el lastre normal y el disfraz indispensable de la dominación de clase. La Comuna dotó a la República de una base de instituciones realmente democráticas. Pero, ni el gobierno barato, ni la "verdadera República" constituían su meta final, no eran más que fenómenos concomitantes.
"He aquí su verdadero secreto: la Comuna era, esencialmente, un gobierno de la clase obrera, fruto de la lucha de la clase productora contra la clase apropiadora, la forma política al fin descubierta que permitía realizar la emancipación económica del trabajo".
La expropiación de los expropiadores
"¡La Comuna, exclaman, pretende abolir la propiedad, base de toda civilización! Sí, caballeros, la Comuna pretendía abolir esa propiedad de clase que convierte el trabajo de muchos en la riqueza de unos pocos. La Comuna aspiraba a la expropiación de los expropiadores. Quería convertir la propiedad individual en una realidad, transformando los medios de producción -la tierra y el capital- que hoy son fundamentalmente medios de esclavización y de explotación del trabajo, en simples instrumentos de trabajo libre y asociado. ¡Pero eso es el comunismo, el "irrealizable" comunismo! Sin embargo, los individuos de las clases dominantes que son lo bastante inteligentes para darse cuenta de la imposibilidad de que el actual sistema continúe -y no son pocos- se han erigido en los apóstoles molestos y chillones de la producción cooperativa. Ahora bien, si la producción cooperativa ha de ser algo más que una impostura y un engaño; si ha de sustituir al sistema capitalista; si las sociedades cooperativas unidas han de regular la producción nacional con arreglo a un plan común, tomándola bajo su control y poniendo fin a la constante anarquía y a las convulsiones periódicas, consecuencias inevitables de la producción capitalista, ¿qué será eso entonces, caballeros, sino comunismo, comunismo "realizable"?
Cómo era París bajo el gobierno obrero
"Maravilloso en verdad fue el cambio operado por la Comuna en París. De aquel París prostituido del Segundo Imperio no quedaba ni rastro. París ya no era el lugar de cita de terratenientes ingleses, absentistas [latifundistas] irlandeses, ex esclavistas y rastacueros norteamericanos, ex propietarios rusos de siervos y boyardos de Valaquia. Ya no había cadáveres en la morgue, ni asaltos nocturnos, y apenas uno que otro robo; por primera vez desde los días de febrero de 1848, se podía transitar seguro por las calles de París, y eso que no había policía de ninguna clase. "Ya no se oye hablar - decía un miembro de la Comuna - de asesinatos, robos y atracos; diríase que la policía se ha llevado consigo a Versalles a todos sus amigos conservadores". Las cocottes [damiselas caras] habían reencontrado el rastro de sus protectores, fugitivos hombres de la familia, de la religión y, sobre todo, de la propiedad. En su lugar, volvían a salir a la superficie las auténticas mujeres de París, heroicas, nobles y abnegadas como las mujeres de la antigüedad. París trabajaba y pensaba, luchaba y daba su sangre; radiante en el entusiasmo de su iniciativa histórica, dedicado a forjar una sociedad nueva, casi se olvidaba de los caníbales que tenía a las puertas".
La Comuna fue ahogada en sangre. Cuenta Federico Engels: "Y entonces llegó a su apogeo aquella matanza de hombres desarmados, mujeres y niños. Ya los fusiles de retrocarga no mataban bastante de prisa, y entraron en juego las ametralladoras para abatir por centenares a los vencidos. El Muro de los Federados del cementerio de Pere Luchaise, donde se consumó el último asesinato en masa, queda todavía en pie, testimonio mudo pero elocuente del frenesí a que es capaz de llegar la clase dominante cuando el proletariado se atreve a reclamar sus derechos". Pese a la derrota los obreros parisinos no sólo propagaron su ejemplo a sus hermanos de clase de todo el mundo sino además, sentaron las bases del futuro estado obrero.
Las citas de Marx han sido tomadas de su obra "La guerra civil en Francia", escrita en mayo de 1971, que forma parte de la Obras Escogidas de Marx y Engels, páginas 268-322, Moscú, ed. Progreso. Las citas de Engels fueron tomadas de su "Introducción" a la obra citada en Marx, escrita en 1891, publicada en el libro ya mencionado, en las páginas 256 y ss.

jueves, 20 de mayo de 2010

NO AL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA: CONSULTA POPULAR EN MAR DEL PLATA

Durante la semana del 17 al 24 de mayo, en la ciudad de Mar del Plata, se va a realizara la primera etapa de la consulta popular ¿Debe pagarse la deuda externa?, en el camino hacia un plebiscito nacional vinculante.
La gestión Kirchner se ha convertido en el mayor pagador de deuda de la historia argentina. Anunciaron con bombos y platillos que “Argentina había roto su relación con el FMI”. Nada más alejado de la realidad. Bajo el fantasma del “desendeudamiento” la deuda externa supero los 190.000 millones de dólares (cuando De La Rua huyo del gobierno ante las movilizaciones populares de diciembre de 2001, la deuda ascendía a 149.000 millones de dólares). Se calcula que cada ciudadano argentino adeuda u$s 5.000,00.
Este año el gobierno peronista encabezado por Cristina Kirchner, pretende pagar 22 mil millones de dólares. Pareciera que no existiera ningún problema en la Argentina, que no hubiese necesidades. Pero todos sabemos que no es así. Este dinero se podría destinar a solucionar el problema de la casa propia, un gran anhelo de la clase trabajadora y construir más de 900.000 viviendas. O se podría destinar a la educación y así construir más de 90.000 escuelas. O porque no destinarse a la salud y construir más de 800 hospitales. A esto sumémosle las fuentes de trabajo que esto generaría. Se podría destinar a mejor verdaderamente las jubilaciones de los trabajadores que no están en actividad; los sueldos de los docentes, profesionalizando la enseñanza en todos sus niveles. En definitiva, se podría destinar para resolver los problemas concretos que tiene el pueblo argentino.
Desde la O.T.M. apoyamos la iniciativa de la Multisectorial Marplatense Contra la Deuda Externa y sostenemos junto con ellos que NO debe pagarse la deuda, se debe suspender cualquier pago inmediatamente e investigar el origen de la misma, para de esta manera, determinar su legitimidad.

Lugares de votación:
Centro de Estudiantes de Humanidades calle Rodríguez Peña y Funes (días 17, 18, 19, 20 y 21 de Mayo desde las 10Hs hasta las 18Hs)
Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas Rodríguez Peña y Funes (días 17, 18, 19, 20 y 21 de Mayo desde las 10Hs hasta las 18Hs)
Centro de Estudiantes de Ingeniería Av. Juan B. Justo 4302(días 17, 18, 19, 20 y 21 de Mayo desde las 10Hs hasta las 18Hs)
Sindicato de Luz y Fuerza Mar del Plata calle 25 de Mayo 4115 (días 17, 18, 19, 20 y 21 de Mayo desde las 10Hs hasta las 18Hs)
Asociación Bancaria calle San Luís 2069 (días 17, 18, 19, 20 y 21 de Mayo desde las 10Hs hasta las 18Hs)
Soc. de Fomento Jorge Newbery
Soc. de Fomento Virgen de Lujan
Local Grupo Encuentro en el Pacto Solidario Marplatense calle Chilavert 2851 (días 17, 18, 19, 20 y 21 de Mayo desde las 10Hs hasta las 18Hs)
Sierra de los Padres en la entrada de las Escuelas n° 48, 49 y San Carlos ex 46
Luro e Independencia (días 22, 23 y 24 de Mayo desde las 10Hs hasta las 18Hs)
San Martín y San Luís (días 22, 23 y 24 de Mayo desde las 10Hs hasta las 18Hs)
San Juan y Luro (días 22, 23 y 24 de Mayo desde las 10Hs hasta las 18Hs)
12 de Octubre y Edison (días 22, 23 y 24 de Mayo desde las 10Hs hasta las 18Hs)
Aclaramos que todavía falta confirmar el domicilio de las mesas de Playa Serena y del Oeste que suman diez urnas más.

OTM

jueves, 13 de mayo de 2010

1º de Mayo. Los Mártires de Chicago

El 1º de mayo de 1886 en la ciudad de Chicago, los trabajadores iniciaron un reclamo para conseguir la reducción de su jornada laboral a 8 horas de trabajo. El país se paralizó con más de cinco mil huelgas.
Entre otras injusticias los trabajadores sufrían jornadas agotadoras de entre 14 y 16 hs. diarias, lo que incluía el trabajo de las mujeres y de niños menores de 10 años, en fábricas y talleres.
A finales del siglo XIX en todo el mundo crece la influencia de las ideologías anarquista y socialista, que son tomadas como propias por miles de trabajadores en todas partes del mundo.
Las manifestaciones tuvieron como respuesta la represión del estado, matando e hiriendo a muchos obreros. En un hecho no esclarecido, una bomba explotó matando a 7 policias. La policia disparó a la multitud, matando a varios obreros e hiriendo a 200. Como era de esperar, el gobierno persiguió culpando a los principales dirigentes obreros, por haber lanzado la bomba. Como resultado del juicio, varios fueron condenados a muerte.
Miguel Schawb (condenado a prisión perpetua) dijo al escuchar su condena que no reconocía a aquel tribunal ninguna autoridad y que su lucha y la de sus compañeros era de una justicia tan evidente que no había nada que demostrar y que ellos luchaban por las 8 horas de trabajo pero que: “Cuatro horas de trabajo por día serían suficientes para producir todo lo necesario para una vida confortable, con arreglo a las estadísticas. Sobraría, pues, tiempo para dedicarse a las ciencias y el arte".
El 11 de noviembre de 1887 Spies, Engel, Fischer y Parsons fueron ahorcados. En su funeral marcharon por las calles más de 25.000 trabajadores. Desde ese momento ellos son recordados como “los mártires de Chicago”, ejemplo de lucha y coraje de la clase trabajadora internacional.
George Engel, obrero, ante el tribunal que lo condenó a muerte
Es la primera vez que comparezco ante un tribunal norteamericano, y en el se me acusa de asesino. ¿Y por qué razón estoy aquí? ¿Por qué razón se me acusa de asesino? Por la misma que me hizo abandonar Alemania: por la pobreza, por la miseria de la clase trabajadora. Aquí también, en esta “república libre”, en el país más rico de la tierra, hay muchos obreros que no tienen lugar en el banquete de la vida, y que como parias sociales arrastran una vida miserable. Aquí he visto a seres humanos buscando algo con qué alimentarse en los montones de basura de las calles (...)
¿En qué consiste mi crimen? En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social donde sea imposible que mientras unos amontonan millones otros caen en la degradación y la miseria. Así como el agua y el aire son libres para todos, así la tierra y las invenciones de los hombres de ciencia deben ser utilizadas en beneficio de todos. Vuestras leyes están en oposición con las de la naturaleza y mediante ellas robáis a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar (...)”
Mi más ferviente deseo es que los trabajadores sepan quienes son sus enemigos, y quienes sus amigos.
Durante toda la historia, los trabajadores podemos ver como es la respuesta del sistema hacia nuestros reclamos. Cuando el reclamo no tiene fuerza, somos ignorados. Cuando el reclamo adquiere cierta importancia, se intenta apagarlo con el otorgamiento de concesiones más o menos importantes, según la correlación de fuerzas entre la patronal y la clase obrera. Ahora cuando la causa de nuestra lucha, va acompañada de cierta organización y conciencia de clase (es decir: saber quienes son nuestros enemigos); difícilmente dicho reclamo se pueda apagar, sin apelar el estado a sus fuerzas de represión.
Ignorar, comprar a los dirigentes sindicales, represión policial, aparato judicial, prisión. Son las herramientas del estado para detenernos y es el difícil camino que tiene que transitar nuestra lucha para triunfar. Si bien ya no existe en nuestro país la pena de muerte, si existe la decisión de dar muerte, pero por fuera de la legalidad. Los 30.000 desaparecidos en la dictadura, como los compañeros muertos en los gobiernos democráticos (Teresa Rodríguez, Victor Choque, Kostequi, Santillán, Carlos Fuentealba etc.), así lo demuestran.
Pero una cosa es cierta, no podemos dejar de hacerlo. Luchar, ejercer la fuerza para conseguir la abolición de la explotación del hombre por el hombre, es nuestro destino como clase.
Vaya pues nuestro modesto homenaje, a los obreros del pasado que con su lucha engrandecen nuestro presente y que con su ejemplo, iluminan el camino a transitar en el futuro.