jueves, 26 de abril de 2012

MODELO ECONOMICO E YPF

Como se advirtiera desde el triunfo electoral de Octubre de 2011, las primeras respuestas ante la crisis internacional de la presidenta reelecta han sido a la derecha.
Subyace en el aludido giro las dificultades de caja que el modelo económico "con inclusión social" viene soportando en los últimos meses. En ese sentido debe recordarse que según  la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), durante el mes de marzo de 2012 se produjo una caída en las ventas minoristas del 20% respecto al mes de marzo de 2011. Paralelamente, medidos los referidos períodos, se produjo una caída en la venta de autos del 4% en el mercado interno y del 25,5% a Brasil; respecto a este país, toda la industria está sufriendo el parate de esa economía que creció en 2011 sólo el 0,3% en relación a 2010. Asimismo, la actividad de la construcción registró en febrero de 2012 su primera caída luego de 27 meses consecutivos de crecimiento.
Es por eso que importantes sectores industriales como el textil y el metalúrgico están aplicando de manera creciente suspensiones y despidos.
Con relación a las cuentas públicas acumulan en los primeros tres meses de 2012 un déficit de $ 5112 millones, muy por encima del déficit trimestral de 2011 que había sido de $ 348 millones. Así, en la comparación interanual, el deterioro fiscal aumentó en $ 4764 millones. El rubro más importante que explica el déficit es el pago de los intereses de la deuda externa que en el aludido trimestre sumaron $ 7282 millones.      
En ese marco la expropiación parcial de YPF resuelta por el Gobierno es una medida dispuesta en un cuadro de desaceleración de la actividad económica y creciente déficit fiscal. La huelga de inversiones de la empresa, consentida tanto por el gobierno nacional como los provinciales, obligó a importar combustibles por más de 12.000 millones de dólares. Tal cuadro de situación obligó al Gobierno a esta expropiación parcial, buscando con la caja de YPF financiar, al menos parcialmente, esa cifra gigantesca.
La expropiación en cuestión no es una nacionalización como la propia presidenta se encargó de explicitar. La firma sigue siendo una sociedad anónima y sólo se quita la concesión a Repsol para ofrecer en licitaciones los pozos para ser explotados por otras empresas transnacionales. En ese contexto el gobierno ya ha mantenido reuniones con la Exxon y la Chevron, entre otros monopolios del petróleo, lo que explica la prácticamente nula condena del imperialismo norteamericano a la medida del gobierno.
Que la medida gubernamental no es consecuentemente antiimperialista lo demuestra el hecho de que el proyecto del Gobierno no afecta al resto de los monopolios petroleros instalados en el país. La expropiación onerosa se limita al 51% de las acciones que poseía Repsol en YPF, una empresa que maneja sólo el 34% del negocio petrolero.
Hay que prepararse para esta nueva etapa ante la dinámica de la crisis del capitalismo y las consecuencias del giro cristinista, fortaleciendo las posiciones clasistas en el movimiento obrero, promoviendo nuevos delegados de base al frente de las comisiones internas contra la burocracia sindical y organizando políticamente a la clase obrera y los sectores populares.
Desde un punto vista estratégico sólo el socialismo pondrá los medios de producción en manos de los trabajadores quienes los gestionarán y controlarán en función de un plan que atienda las necesidades de la sociedad.