miércoles, 26 de diciembre de 2012

SAQUEOS 2012

Muchos se preguntan si la Argentina cambió en estos últimos 30 años. Nosotros consideramos que sí, que el país ha cambiado. En estos últimos 30 años se ha profundizado la pobreza, consolidándose a partir del 2002 una pobreza estructural: existen familias con tercera generación de excluidos, de desclasados. Se ha constituido un núcleo duro de la pobreza conformado precisamente con estos grupos: excluidos del trabajo,  de la educación, de la salud, de cualquier tipo de bienestar.

La tasa de inflación y el ajuste en curso agravan la situación de los trabajadores y los sectores populares. Diciembre nos recibió con aumentos en los impuestos (tasa municipal, peajes, luz, gas) y en los productos básicos; con contingencias climáticas como las inundaciones, las que pusieron en relieve la situación paupérrima en la que viven miles de personas y la desidia de los gobiernos de turno. 

Por todo esto hay condiciones para que sucedan los hechos vividos el 20 y 21 de diciembre. La pobreza estructural se ha consolidado y las medidas del gobierno la alimentan.

El modelo pretendidamente “nacional y popular con inclusión social” se agota. Pasados  10 años de crecimiento de la economía, con un crecimiento extraordinario en las ganancias de los capitalistas, persisten 40% de los trabajadores en “negro” y casi 2 millones de personas no acceden a un empleo. Sólo en la provincia de Buenos Aires 400.000 jóvenes entre 15 y 30 años no estudian ni trabajan. A esta situación se suma que en el sector formal del trabajo, en los últimos meses, la construcción expulsó a 40 mil trabajadores, sumando 75 mil los empleos perdidos en 2012 en el sector privado. Esta tendencia sólo se amortiguó con el crecimiento del empleo público. Por otro lado, la masa entera de trabajadores pide un aumento de sueldo para poder sobrevivir , mientras ve las ganancias excepcionales de los patrones.

En definitiva, la respuesta a el por qué de los hechos ocurridos en estos días se encuentra en el mismo sistema:  EL CAPITALISMO. Es el sistema el que excluye cada vez a más trabajadores. Es este sistema y sus diferentes modelos el que empuja a la sociedad a la marginalidad.

Los trabajadores debemos seguir esforzándonos en construir una herramienta que defienda verdaderamente los intereses de la clase y donde los desposeídos, los desclasados, los excluidos, puedan encausar sus legítimos intereses para liberar a la sociedad en su conjunto.