lunes, 5 de noviembre de 2007

REVOLUCIÓN RUSA: EPOPEYA DE LOS TRABAJADORES

El 7 de noviembre de 2007 se cumple el 90º aniversario de la revolución rusa. Se trató, indudablemente, del mayor acontecimiento político del siglo XX. A partir del triunfo de los obreros y campesinos rusos, dirigidos por el partido bolchevique, se comenzó a construir el primer Estado socialista del mundo. Al comienzo del siglo XX Rusia era el país donde con mayor violencia se habían agudizado las contradicciones sociales creándose una situación revolucionaria en la que obreros y campesinos no querían seguir soportando las privaciones y la explotación a la que eran sometidos no sólo por los terratenientes sino también por los capitalistas. El 80% de la población rusa estaba constituida por obreros y campesinos pobres y medios. El gobierno ruso estaba en manos de una autocracia en la que gobernaba un monarca absoluto con el título de Zar.
En febrero de 1917 comenzaron las manifestaciones obreras en Petrogrado. 90.000 obreros de 58 empresas abandonaron el trabajo mientras miles de mujeres se congregaron y reclamaron pan, el fin de la participación rusa en la Primera Guerra Mundial y el otorgamiento de derechos electorales. El 25 de febrero comenzó una huelga política general que paralizó la vida económica de la ciudad. El Zar ordenó reprimir la revuelta pero, lejos de ello, los soldados se unieron a los obreros. Los capitalistas se aprovecharon de la insurrección popular y reunidos en la Duma (Parlamento) del Estado Zarista se autoproclamaron Gobierno Provisional exigiendo la renuncia del Zar. A partir de allí convivió en Rusia un doble poder: por un lado, el Gobierno Provisional y por el otro los consejos (soviets) de obreros y campesinos. En ese marco Lenin (el principal dirigente bolchevique), lanzó la consigna de profundizar la revolución hasta hacerla socialista quitándole todo apoyo al gobierno provisional. Éste no resolvió ninguno de los principales problemas de la revolución: el problema de la guerra y la paz, el problema agrario, el problema obrero, la lucha contra el desbarajuste económico y el hambre.
Frente al creciente descontento popular la burguesía rusa desató una represión creciente y abierta. En ese contexto, el Comandante del Ejército (Kornilov), apoyado por los grandes capitalistas, emprendió en agosto con sus tropas una marcha sobre Petrogrado con el fin de implantar una dictadura militar en Rusia. Los bolcheviques organizaron la lucha contra Kornilov: las tropas revolucionarias sofocaron la sedición lo que provocó que aumentara el prestigio de los bolcheviques y que las masas comprendieran la verdadera naturaleza del Gobierno Provisional. A partir de allí se planificó la insurrección final: se constituyó la Guardia Roja integrada por destacamentos de obreros armados que se habían formado en las fábricas desde marzo de 1917. Los soldados se convencieron de que se proponían mantenerlos el cuarto invierno en el frente y empezaron a desertar masivamente. Los campesinos comenzaron a echar a los terratenientes, se apoderaban de la tierra y de los aperos y se los repartían. Mientras tanto los obreros tomaban las fábricas. La consigna fue una sola: “todo el poder a los soviets”. Durante el 7 de noviembre de 1917 una a una fueron cayendo las estructuras del poder burgués: la central de correos, la central eléctrica, el banco del Estado, la central telefónica, hasta finalmente ocupar el centro del poder político, el Palacio de Invierno. Los trabajadores rusos, dirigiendo a todo el pueblo, habían conquistado el poder. A partir de allí las tareas del poder popular serían enormes: acabar con la división de la sociedad en clases hostiles, abolir toda explotación del hombre por el hombre, organizar una economía nueva, socialista, y hacer la revolución cultural.
La Organización de Trabajadores Marplatenses rinde su homenaje a los hombres que protagonizaron aquella gesta y que nos marcaron el camino que todavía está pendiente de ser transitado: el de la organización de los trabajadores que permita conquistar el propio poder para liberar a la humanidad toda.