Segunda potencia económica global -superada por los Estados Unidos-,
China se ubica, en la actualidad, en el segundo puesto en cuanto a: exportador e
importador mundial de bienes (con un 11.8% del total global), productor de
manufacturas (19,8 %), receptor de inversiones extranjeras directas (9%) y,
fundamentalmente, exportador de capitales (con un 8,5 %). El tenor de la
potencia oriental en el contexto mundial ha ido in crescendo en los últimos años; tal es asi que, según se prevee,
de mantener su crecimiento, hacia 2016 superaría a la potencia norteamericana,
convirtiéndose así en la primera a nivel global.
China es el país de mayor crecimiento económico mundial, con una tasa
anual de aumento del PIB de más del 10% en las últimas tres décadas; datos del
año 2011 indican que el mismo representó un 17% del total global, porcentaje
equivalente al de la Eurozona, aunque inferior aún al de EEUU (23%). El colosal desarrollo de las fuerzas productivas,
conduce a China a traspasar sus fronteras expandiéndose por el mundo. Datos
relevados por distintas agencias y organizaciones privadas y estatales
demuestran que "el gigante asiático" estuvo entre los mayores
inversores del mundo en 2012, tendencia ésta que evoluciona positivamente (con
un aumento del 17,6% respecto al año anterior).
Hacia finales de 2012,
el total acumulado de participaciones chinas en el exterior representó US$
531.900 millones, de las cuales el 92,4% refieren principalmente a siete
sectores, entre los cuales destracan: finanzas, minería y servicios
comerciales. Los destinos favoritos de las inversiones directas
durante dicho año fueron Hong Kong y Estados Unidos (con unos 4.050 millones de
dólares invertidos, es decir, con un salto del 123,5% respecto a 2011). En
cuanto al último de ellos, la potencia asiática se ha convertido en su
prestamista número uno: la deuda norteamericana para con China asciende a unos
3 billones de dólares. Imaginemos las ventajas que ello le trae aparejada,
tales como la evasión de las sanciones comerciales que EEUU impone a distintos
países (China compra libremente petróleo al sancionado Irán, por ejemplo).
Cual potencia capitalista, China no oculta sus rasgos
imperialistas: sus monopolios invaden el mundo, poniendo el ojo en nuevas
zonas, disputándose las mismas -en ocasiones- con otros gigantes, reforzando el
control en las ya presentes, firmando acuerdos con gobiernos
"tercermundistas", realizando incursiones militares -tales como las
recientes en India- (robusteciendo, para ello, su poder militar en el mundo -no
por casualidad China ocupa hoy el tercer puesto en capacidad militar-), y,
además, superexplotando a sus trabajadores en pos de la creciente extracción de
plusvalía y trasladando dichas condiciones de explotación laboral a los países
en los cuales las empresas se instalan.
En este sentido, novedosa ha sido en los últimos años
la penetración y propagación de capitales de origen chino en América Latina; tal es así que se
impone como tema central en la agenda de instituciones internacionales, como la
CEPAL, en universidades latinoamericanas, que reciben a funcionarios del país
asiático e inauguran seminarios de relaciones bilaterales, entre otros. En el
proceso de avance chino sobre esta parte del continente, distinguimos dos
componentes: la multiplicación del volumen de las inversiones y la
diversificación de las mismas.
Respecto al primero, el Ministerio de Comercio Chino
afirmó que la región es "el segundo mayor destino inversor del país -tras
Asia-"[1], al cual
se designó un monto en Inversiones Extranjeras Directas que evolucionó de US$
15.000 millones en 2010, a más de 250.000 millones en 2012. Si bien lo abultado
de la última cifra choca con las declaraciones últimas de la CEPAL[2],
que aventura un crecimiento de hasta US$ 113.000 millones para este año, lo
cierto es que no caben dudas del extraordinario avance chino sobre
latinoamérica, como tampoco sobre el carácter abrupto de la irrupción asiática
en el continente[3]. Con
escasa presencia en el 2000, la agresiva inversión de 2010, lo convirtió, ya
por entonces, en el tercer país inversor en América Latina y el Caribe, con un
9% de participación (luego de EEUU -17%- y los Países Bajos -13%-). La tendencia
indicaría que, para 2015, China reemplazaría a la Unión Europea como segundo
principal inversor en América Latina.
En lo que concierne
al segundo de lo componentes, está en los planes chinos -tal como lo expresara Xu Shicheng (investigador del Instituto
de Estudios Latinoamericanos de la Academia de Ciencias Sociales de China de
visita en Méjico) ampliar el campo de inversiones, excediendo al de los commodities, extracción minera y otros
recursos naturales, hacia el sector de infraestructura (construcción de puertos
y ferrocarriles), agroindustria, sector forestal, producción de energía
eléctrica, negocio bancario, entre otros. En este sentido, en lo que atañe al
desembarco y movimiento de los capitales chinos, la Argentina nos ofrece un
claro y preocupante ejemplo, como veremos más abajo.
Otra de las
características a mencionar de la presencia del imperialismo chino en América
Latina, es su disposición geoestratégica con tendencia a la concentración de
capitales en Brasil (40 % de las mismas, según una agencia de planificación
china), México (país que se consolidó como segundo mayor receptor de la región,
con una IED de US$ 17.700 millones) y Argentina, fundamentalmente, luego Perú
(al que destina un 31% de las inversiones), Bolivia , Chile[4], Uruguay
y Venezuela[5].
En este marco, Argentina, que tiende a convertirse en
los próximos años en destino preferencial de las firmas chinas, ofrece un caso
ejemplar de abrupto crecimiento y expansión del volumen de las IED y sobre todo
de diverificación de las mismas. Tanto el Gobierno nacional como los analistas
privados vienen anticipando el aumento de las inversiones asiáticas en tierras
y en empresas vinculadas con la producción primaria. El último informe de la
CEPAL, confirmó estas presunciones: de acuerdo con los datos de la entidad, las
inversiones chinas en el país ascendieron a 5.550 millones de dólares, una
cifra inmensa frente a los 143 millones que habían alcanzado en los 19 años
anteriores.
Sin embargo, no
llega a develarse la verdadera magnitud de la penetración del gigante asiático
en el país: sus nuevos objetivos y estrategias de fondo. Es que, además de
ganar posiciones en la producción de commodities,
China pone sus ojos en los desarrollos hidroeléctricos, en el sector bancario
"y hasta en un ambicioso plan para impulsar el Belgrano Cargas"[6]
(el cual, paradójicamente, atraviesa catorce provincias del centro y norte de
Argentina). Las visitas del embajador chino (bien asesorado por el ministro de
Producción santacruceño) a la Patagonia confirman a la región como zona de
potenciales desembolsos. En Santa Cruz, los capitales asiáticos "evalúan
desarrollar tres parques eólicos (en Koluel Kayke, Pico Truncado y Caleta
Olivia) y una planta para la fabricación de turbinas y componentes para los
aerogeneradores (Puerto Deseado)". En el negocio hidroeléctrico dos
empresas (Sinohydro y Gezhouba) muestran su intención de participar en la
licitación de dos represas, hecho que el ministro de Planificación Julio De
Vido saludó con beneplácito, agregando:
"(...)
ambas centrales constituyen el emprendimiento hidroeléctrico más importante de
la historia (...) China ya viene realizando importantes inversiones en la
Argentina (...) en la provincia de Río Negro hay un acuerdo para producir soja
en 200 mil hectáreas regadas de manera artificial, y en la mina de Sierra
Grande lograr una producción de acero de 1,5 millones de toneladas
anuales"[7]
A su vez, China mantiene
firme su intención de "participar" en la estructura de transportes de
la Argentina, asegurando el tránsito eficaz de mercancías en todo el país (de
procedencia oriental y hacia destino oriental); en este marco, se planea un
desembolso de US$ 10.000 millones para la reactivación del Belgrano Cargas
(que, con sus 7.300 kilómetros, recorre medio país y tiene llegada a tres
puertos, Barranqueras, Rosario y Buenos Aires). Saludada por el ministro del
Interior y Transporte, Florencio Randazzo, parte de la obra ya está en marcha
en la provincia de Chaco.
Por otra parte, los
capitales chinos siguen pisando fuerte en lo que atañe al refinamiento y venta
de combustibles, a través -fundamentalmente- de la firma CNOOC (que opera una
refinería en Campana y las casi 450 estaciones de servicio que Esso tenía en el
país). En paralelo, Sinopec (la refinería china más grande de Asia) adquirió
los activos de la norteamericana Oxy en Argentina, iniciando perforaciones en
Vaca Muerta, Neuquén. Además, las chinas TCL Group (la más grande del mundo en
la fabricación de productos electrónicos, con 40 oficinas a nivel global y más
de 60.000 trabajadores) y Petro AP (que ya explota El Caimancito, en Jujuy), desembarcaron
en las áreas hidrocarburíferas de Mendoza.
Respecto al sector
bancario, los chinos refuerzan su presencia en él; en posesión del Standad
Bank, el asiático ICBC actuaría como facilitador para la llegada de inversiones
al país (Mendoza ocupa un lugar estratégico en las salidas terrestres que van
al Mercosur y al Pacífico). En otro orden, firmas chinas apuntan a aumentar su
presencia en Jujuy (en la actividad tabacalera), en San Luis (turismo,
infraestructura, agricultura y ganadería) y a ahondar su ingerencia en el
sector maderero y de biodiesel. De tal forma, China está presente directa o
indirectamente en las 23 provincias argentinas.
Así las cosas, podemos concluir: que en tanto continúe
fortaleciéndose y expadiéndose el imperialismo chino, al punto de desplazar en
nuestro continente, a monopolios europeos, primero, y norteamericanos, luego (considerando
que latinoamérica ha sido históricamente bastión de la influencia yanqui), se
avizoran nuevos choques interimperialistas por el reparto del mundo. Proceso en
el que sin dudas lo más perjudicados serán los pueblos, carne de cañón de sus
Estados. Así como también, podemos confirmar el rol entreguista de las
burguesías de los Estados "dependientes", sometidas siempre a la
voluntad de los monopolios, que actúan hoy como socias menores o gerenciadoras
del gran capital. En este caso, también los trabajadores sufrirán un mayor
grado de explotación y despojo.
·
"China reemplazaría a la UE
como segundo inversor en América latina en el 2015". Gestión (Perú) 31/03/13 http://gestion.pe/economia/china-reemplazaria-ue-como-segundo-inversor-america-latina-2015-2062623
·
"Analistas: inversiones directas
de China en América Latina seguirán aumentando" www.americaeconomia.com (Méjico) http://www.americaeconomia.com/economia-mercados/finanzas/analistas-inversiones-directas-de-china-en-america-latina-seguiran-aument
·
"China diversifica sus inversiones en América
Latina" The Wall Street Journal.
13/09/12 http://online.wsj.com/article/SB10000872396390444017504577648183826409296.html
·
"China estuvo entre los
mayores inversores en 2012" www.clarin.com 09/09/13 http://www.ieco.clarin.com/economia/China-mayores-inversores-mundo_0_989901274.html
·
Comunicado
de prensa: "Secretaria Ejecutiva destacó la importancia de mejorar la
calidad de las relaciones América Latina - China" CEPAL 22/08/13 http://www.eclac.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/prensa/noticias/comunicados/9/50749/P50749.xml&xsl=/prensa/tpl/p6f.xsl&base=/prensa/tpl/top-bottom.xsl
·
Hoja
informativa de la CEPAL http://wwwg.eclac.org/prensa/noticias/comunicados/7/43307/hoja-informativa-China-es.pdf
[1] "China acelera la
inversión en America Latina". Ministerio de Comercio de la República Popular
China. 18/02/13. Consulta: 15/09/13 http://spanish.mofcom.gov.cn/article/reportajeexterior/201302/20130200029608.shtml
[2] "Informe sobre la inversión
extranjera directa (IED)
en América Latina y el Caribe". CEPAL 20/05/13
[3] En 2010 se concreta una de las mayores adquisiciones en la historia
china, con la compra de una participación de la filiar brasilera de repsol YPF
por US$ 7.000 millones.
[4] El 50 por ciento del cobre de Chile se
vende a China. "El intercambio comercial este año llegó a los 31.000
millones de dólares, casi el doble que con Estados Unidos, nuestro segundo
socio comercial" (Luis
Schmidt-Embajador de Chile en China).
[5] Venezuela es uno de los principales receptores de
préstamos de China en América Latina. Suman un monto total de 44.500 millones
de dólares. Dicha deuda es compensada en barriles de petróleo, del orden de
270.000 barriles diarios.
[6] "El gigante avanza:
China profundiza desembarco en la Argentina y ahora viene por más alimentos,
energía y trenes". www.iprofesional.com
(de infobae) 21/01/13 http://www.iprofesional.com/notas/151701-El-gigante-avanza-China-profundiza-desembarco-en-la-Argentina-y-ahora-viene-por-ms-alimentos-energa-y-trenes
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