miércoles, 5 de marzo de 2008

INSEGURIDAD: EL PUEBLO TRABAJADOR ENTRE DOS FUEGOS

El imparable deterioro de la sociedad se ve reflejado en la aparición de un creciente ejército de delincuentes compuesto, en su mayor parte, por niños y adolescentes que son un producto de la miseria de los grandes centros urbanos. Sin códigos ni reglas actúan con violencia inusitada robando, violando y asesinando. El pueblo trabajador se ve en la triste necesidad de acudir a otra siniestra organización delictiva: la policía. La autodefensa popular, una alternativa.
Suele decirse que no hay mejor maestro que la práctica y ésta viene enseñando a la gente una lección cuyo aprendizaje lento y costoso pero inexorable comienza a ponerse de manifiesto. No confiar en los políticos del sistema, ni en sus jueces ni en su policía.
Las pasadas elecciones de octubre consagraron a quienes no fueron a votar, impugnaron o votaron en blanco como la segunda fuerza. Esto significa que millones de personas han dado un gigantesco primer paso: descreer de la politiquería del sistema; cierto es que esas voluntades pueden volcarse hacia la indiferencia y que, ese paso, no garantiza el siguiente: la organización y la lucha por la transformación de la sociedad, no lo garantiza, pero es una condición necesaria para que este último sea dado.
En la práctica cotidiana del pueblo, se advierten indicios que confirman una incipiente tendencia a tomar las cosas en sus manos, algunos revelan un mayor grado de conciencia que otros; acciones contra el enemigo que está más a la vista: el lumpemdelincuente, jueces, funcionarios, policías.
Cotidianamente y de manera creciente observamos casos de vecinos que buscan la justicia por mano propia, así como el surgimiento de organizaciones de víctimas de distinta índole o masivas protestas en ciudades donde “nunca pasa nada” como. Pringles, González Cháves, Necochea, las
cuales se movilizaron en febrero contra la inseguridad, Tres Arroyos fue más lejos, su gente no sólo reclamó juicio político a un fiscal y dos jueces sino que se organizó en brigadas armadas con revólveres y escopetas para defenderse.
De este último hecho los miembros de la clase dominante y sus servidores han tomado buena nota y lo observan con preocupación, lo que no significa que no han visto el fenómeno con antelación ni que se hayan cruzado de brazos; mucho antes de que los vecinos de Tres Arroyos se armaran, una intensa campaña oficial recolectó decenas de miles de armas mediante el pago se una suma de dinero a quien entregara una. A estas acciones dirigidas a desarmar al pueblo debe sumarse el endurecimiento de las exigencias para adquirir armas de fuego.
Un nuevo enemigo azota, principalmente, al pueblo trabajador, lo llaman “Inseguridad”. No obstante su impresionante instalación mediática, se soslayan las causas, el origen, del pavoroso surgimiento de cientos de miles de mutantes sociales que produce el capitalismo. Tantos años de explotación, de dictaduras, de negociados no han pasado sin dejar una terrible marca. Los trabajadores en el proceso de su aprendizaje y ante el agravamiento de las condiciones que los coloca entre dos fuegos han comenzado a ejercer autodefensa. Desde la OTM saludamos esta iniciativa popular que nos parece la mejor opción ante las alternativas que presentan la derecha (endurecer la represión) y la socialdemocracia (no armarse y confiar en las instituciones) pero advertimos que la solución de fondo sólo comenzará a gestarse cuando los trabajadores tomen el poder, instauren su dictadura, y acaben con las relaciones de producción capitalistas

Organización de trabajadores marplatenses

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