jueves, 30 de septiembre de 2010

La UE: un instrumento contra el proletariado y los pueblos de Europa.

El siguiente es un extracto del artículo publicado por "OCTUBRE" órgano del Partido Comunista de España en junio del corriente año.
La Europa capitalista siempre tuvo, como único objetivo, servir los intereses de la oligarquía empresarial y financiera europea. Primero creó un mercado común en el cual las potencias centrales, Francia y Alemania, fueron beneficiadas en detrimento de las economías de los países "periféricos" con acuerdo de sus respectivas oligarquías, a cambio de los "fondos de ayuda".
Tras la caída de la URSS y el advenimiento del nuevo orden neoliberal, la oligarquía imperialista europea inició, con el tratado de Maastricht, un nuevo proceso: en primer lugar, se trataba de potenciar el papel de instituciones encargadas de unificar el ataque contra los derechos de los trabajadores y los pueblos de Europa y, también, impulsar una estructura eficaz que permitiera al bloque imperialista europeo la adopción de políticas coherentes en un marco de cuestionamiento a la primera potencia imperialista (EEUU) y feroz competencia por áreas de influencia y mercados.
Esto ha venido cumpliéndose a rajatabla; las instituciones de la UE han sido el ariete de las políticas neoliberales. Conforme las contradicciones interimperialistas se agudizaban, la legislación europea se endurecía. Comenzaba un ataque sistemático contra los derechos sociales y políticos de los trabajadores.
En segundo lugar, el viejo sueño de un bloque capitalista, europeo, unificado en la lucha interimperialista, no ha podido plasmarse por la oposición de las diversas oligarquías nacionales temerosas de perder el control de sus mercados.
A partir de 2008, con el inicio de la crisis económica capitalista, se han agudizado los problemas.
Las potencias centrales europeas cuentan con un inmenso mercado para sus productos que, paradójicamente, no pueden vender, entre otras cosas, porque el desempleo, los recortes salariales y la precarización, provocan la contracción del consumo; también porque la burguesía imperialista ha derivado su capital hacia la especulación financiera. Los Estados más débiles han desmantelado una buena parte de sus sectores más productivos y afrontan la crisis con su economía muy debilitada y desequilibrada.
Conforme la crisis se agravaba, los Sarkozy, Merkel.etc, han ido olvidando sus llamamientos a "reformar el capitalismo" y han pasado a aplicar durísimos planes de ajuste.
La ausencia de una respuesta unificada del proletariado europeo ha animado a profundizar el ataque. Todos los países de Europa, sin excepción rivalizan en la dureza de sus planes de ajuste; en eso no hay matices entre la derecha pura y dura y el social liberalismo.
¿Por qué se arriesga la oligarquía a un conflicto social? En primer lugar porque la gravedad de la crisis alcanza a todas las economías, las dificultades de los más débiles terminan alcanzando a los más fuertes, sus deudas, provocadas por la especulación de los grandes grupos financieros europeos han puesto en riesgo la garantía de pago de los Estados y la fortaleza del euro.
Por otra parte, la falta de respuesta unificada de los sindicatos y la situación general de pobreza política de la izquierda han facilitado a la oligarquía la tarea de desmantelar las conquistas del proletariado.
El capital, no está dispuesto a dar tregua porque se siente fuerte y va a intentar impedir el reagrupamiento de los trabajadores. Por eso, uno de los principales objetivos de la ofensiva del imperialismo europeo son los sindicatos.
Asistimos a un recrudecimiento de la lucha de clases en toda Europa; la Unión Europea, no es una organización al margen de esta contienda, por el contrario, es el órgano que utiliza el imperialismo europeo para ayudar a las oligarquías nacionales y los gobiernos que representan sus intereses a combatir de una forma unificada imponiendo sus planes contra los trabajadores.
La reciente decisión de la Confederación Europea de Sindicatos de convocar a una jornada de lucha el próximo 29 de setiembre, debe ser el inicio de una respuesta unificada y contundente de las organizaciones sindicales europeas.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Pobreza, desarraigo y represión: los trabajadores inmigrantes por el mundo.

El capitalismo castiga duramente a los trabajadores inmigrantes en el mundo entero. Si en las últimas décadas la lógica del sistema llevó a que miles de trabajadores fueran expulsados de su país de orígen siendo recibidos por otros del llamado "Primer Mundo" -en donde la fuerza de trabajo extranjera era superexplotada-, hoy esta tendencia parece haberse modificado: desde ambos lados, la expulsión de quienes caminan por el mundo en busca de una mejor calidad de vida es un hecho.
La agudización de las contradicciones del capitalismo y sus efectos son cada vez más visibles ya no sólo en países como el nuestro sino también en los países "desarrollados": la ola de ajustes a nivel global (recordemos los 12.000 obreros del transporte que perdieron su trabajo en Rumania, los masivos despidos en el sector de las comunicaciones en Francia, las reducciones salariales en Alemania, entre otros), el incremento de los índices de desocupación (con Letonia y España a la cabeza, con el 23 y el 19%, respectivamente) y la concreción de medidas de flexibilización laboral siguen deteriorando la situación de los trabajadores a escala mundial; sin embargo, los inmigrantes, parecen llevarse la peor parte.
Los recientes acontecimientos represivos en Francia, las nuevas leyes xenófobas que pretenden sancionarse en EEUU (junto a los acrecidos fondos destinados a patrullas anti-inmigrantes), el regreso de una notable cantidad de emigrados argentinos de España, los sucesos en el sur de Italia al comenzar el año, entre otros, dan cuenta de ello.
En Estados Unidos, de larga tradición racista y anti-obrera, las fuerzas represivas del Estado garantizan la persecución, detención y deportación de trabajadores negros y latinos (afortunados de no haber sido víctimas de bandas xenófobas), asi como la sanción de leyes anti-inmigrante en distintas regiones de dicho país, aplacando de este modo las consecuencias del desempleo y, al mismo tiempo, disciplinando -por el miedo- a los trabajadores extranjeros que viven allí. Al respecto, durante su gestión, Obama ha duplicado los casos de deportaciones -en relación a los de la era Bush- e incrementado el presupuesto para la militarización de la frontera. Es más, durante su mandato ha sido aprobada la polémica Ley SB 1070 ("Ley de Arizona" -Estado fronterizo con Méjico-),considerada una de las más severas leyes de inmigración de la historia del país. No olvidamos tampoco la llamada "Ley de Sueño", que ofrece ciudadanía cambio de servicio militar, y la ley para la construcción de un muro fronterizo que se sancionara bajo el mandato de Bush hijo.
En el noreste de Francia, hacia fines del mes de Julio, distintos medios de comunicación difundieron las imágenes de una feroz represión de mujeres y niños de origen marfileño, práctica racista que no se limita a este hecho en particular, si pensamos en las acostumbradas noticias de redadas en los suburbios franceses, incendios de autos, estudiantes (hijos de inmigrantes) heridos por la policía, etcétera...; al respecto, dicho país no tardó en "actualizar" su vieja Ley de Extranjería, endureciendo sus mecanismos represivos. En Italia, la prédica rascista ha prendido en grandes sectores de la ciudadanía, parte de la cual lanzó sus ataques en el mes de Enero contra una comunidad de trabajadores africanos que en condiciones de semi-esclavitud se desempeñaban como jornaleros en las plantaciones de cítricos ubicadas al sur del país.
En España, son alrededor de 4,3 millones los desempleados (de lo cuales más de un 28% son extranjeros), mientras quienes poseen empleo ven día a día empeorar sus condiciones laborales (en los últimos meses los trabajadores del transporte han sido los protagonistas de sucesivas protestas contra la flexibilización laboral); en este marco, severas leyes de extranjería no se hicieron esperar. La última sancionada por el Congreso español -de corte muy similar a la de su par francesa- entró en vigencia en Diciembre pasado, endureciendo el acoso de las fuerzas represivas del Estado a los "sinpapeles", criminalizando al inmigrante.
La realidad da cuenta de que el capitalismo empuja a la miseria a ingentes masas de trabajadores, mientras los discursos nacionalistas y xenófobos que lanzan los Estados burgueses de todas partes del mundo fomentan el nacionalismo, refuerzan el individualismo, disciplinan a la fuerza de trabajo que utilizan obligándola a soportar cada vez peores condiciones de vida -intentando asegurarse la pasividad de los asalariados frente a una futura arremetida contra sus derechos-, y logran su cometido de enfrentar a trabajadores contra otros en igual o peor circunstancia.
Si en su momento de auge, el capitalismo garantizó la libertad de tránsito de bienes y personas por el mundo, adaptando su superestructura jurídica en pos de ello, hoy, en clara decadencia, restringe y castiga la movilidad de los trabajadores: la crisis ha alcanzado a los Estados capitalistas más avanzados excluyendo del sistema a una creciente cantidad de personas, y conforme sus contradicciones estructurales se fueron haciendo más explícitas estos países abandonaron sus políticas de fomento del ingreso masivo de la mano de obra barata que el capital requería; esos Estados, entonces, comenzaron a develar, una vez más (en su aspecto jurídico es más que evidente -con leyes anti-obreras-) su verdadera naturaleza, respondiendo -como siempre- en salvaguarda del capital y en perjuicio, claro está, de los asalariados del mundo.
Vaya pues, nuestra solidaridad con todos aquellos que, obligados por las cirscunstancias, han debido abandonar su tierra en busca de mejor fortuna; no olvidamos que son también trabajadores e hijos de trabajadores castigados por el sistema, y como tales merecen nuestro apoyo y respeto.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Acerca de la Seguridad.

Ante la pregunta "¿cuál es su bien más valioso?", probablemente se responderá: la vida, la salud, los hijos y la familia o la libertad. Y si se asegura lo que es valioso, entonces la seguridad debería ser seguridad de los derechos, primero los más importantes, y en escala descendente, los demás, hasta llegar a la propiedad de objetos, al dinero.
Alguna vez, un ciudadano, por defender su pasacassette, no titubeó en matar a quien se lo estaba robando, como si una vida humana y un objeto tuvieran equivalencia. A ese homicidio los medios de comunicación lo llamaron "justicia por mano propia". Sin embargo, el robo no se pena con la muerte.
Un auto, por ejemplo, se asegura contra robo. Si fracasó la prevención y alguien lo roba, no merece ni se justifica que arriesguen sus vidas ni su dueño ni ningún policía. Todos los productos de mercado pueden asegurarse en el mercado de seguros y volver a comprarse. La vida, en cambio -la propia, la del delincuente o la del policía-, no tiene resurrección.
La distorsión de valores llega al extremo de contraponer seguridad y derechos humanos. En nombre de la seguridad, se cuestionan garantías como la presunción de inocencia. En cambio, no se mide la dimensión alcanzada por el mercado de la seguridad, que vende custodias, alarmas, blindajes o adicionales policiales, y así se necesita de más inseguridad para seguir vendiendo. Ni se habla de la expansión del mercado de la droga gracias a sus zonas liberadas. La violencia irracional delictiva, que aterroriza, es consecuencia de la droga, y esa violencia nutre a su vez al mercado de la seguridad. Son funcionales el uno al otro.
El término seguridad fue en el pasado una bandera de persecución ideológica. La sociedad, mayoritariamente, no entendió la verdad de entonces, como hoy no parece entender la actual. Por eso como ayer legitimó la guerra de aniquilamiento al "subversivo", ahora reclama mano dura o pena de muerte para combatir el delito, sin tomar en cuenta que se ha ido fabricando una generación social sin brújula ni destino, que se marginaliza, se emborracha o se droga para soportar esa vida y roba para seguir drogándose.
Cuando más se siga negando esta realidad social, la inseguridad seguirá su curso ascendente y los mercaderes de custodias, alarmas o blindajes abultarán sus cuentas.
A todo esto, ¿el capitalismo no tendrá algo que ver con este asunto?

lunes, 6 de septiembre de 2010

UNIVERSIDAD DE LOS TRABAJADORES - MAR DEL PLATA

UNIVERSIDAD DE LOS TRABAJADORES
PRE – CONGRESO
MAR DEL PLATA, 1 Y 2 DE OCTUBRE DE 2010


El 30 de junio de 2010 se puso en marcha la Universidad de los Trabajadores: Más de 500 trabajadoras/es integrantes de distintas fábricas y gremios como metalúrgicos, químicos, estatales, judiciales, bancarios, estudiantes, cooperativas, y representantes de organizaciones sociales, educativas, culturales y de derechos humanos, nos reunimos en la Fábrica Recuperada IMPA y comenzamos a transitar este desafío colectivo de construir una Universidad desde y para las trabajadoras y los trabajadores.
Desde Mar del Plata, compañeros y compañeras integrantes de distintas organizaciones y espacios institucionales de nuestra ciudad nos hemos reunido para organizar este Pre – Congreso que nos permitirá seguir avanzando en la construcción de la Universidad.
La propuesta es realizar dos jornadas de trabajo, en la que podamos debatir y reflexionar a partir de los ejes derecho de las/los trabajadores y violencia laboral.
Queremos entonces invitarlas/os a participar y solicitamos su adhesión a la realización del Pre – Congreso de la Universidad de los Trabajadores que realizaremos en la ciudad de Mar del Plata los días 1 y 2 de octubre de 2010, en la cede del Sindicato de Luz y Fuerza, ubicado en calle 25 de mayo nº 4115, Mar del Plata.

Las adhesiones pueden enviarse a precongresomdp@gmail.com